El PVC empleado en la fabricación de perfiles para puertas y ventanas exteriores debe ser “estabilizado” químicamente para poder estar expuesto a la intemperie y resistir las agresiones del aire y de la luz.
Para elevar la resistencia de los perfiles de PVC, la tecnología existente hace muchos años consistía en incorporar a la mezcla de PVC en una primera etapa cadmio insoluble y posteriormente compuestos de plomo.
Como clara muestra de liderazgo tecnológico y ético, Kömmerling fue la primera marca en Europa que desde el 2001 eliminó de su mezcla de PVC los metales pesados sustituyéndolos por estabilizadores no contaminantes en base a calcio/zinc, manteniendo e incluso mejorando la calidad de los perfiles.
Este compromiso medio ambiental de Kömmerling y Profine es especialmente notable considerando que la industria europea fijó como auto compromiso la eliminación del plomo a más tardar en el 2015.
Uno de los criterios fundamentales de diseño y concepción de los perfiles Kömmerling es el aislamiento térmico, la eficiencia energética asociada y la reducción de emisiones de CO2.
Cuando la edificación está climatizada, ya sea aire acondicionado o bien calefacción, una ventana térmicamente eficiente ahorra energía-electricidad. El ahorro energético-eléctrico por concepto de climatización puede llegar hasta el 70% (Fuente: Ministerio de Industria de España IDAE).
En Europa Kömmerling desmonta ventanas viejas fabricadas con perfiles Greenline y las tritura en molinos seleccionando y separando los materiales. El PVC reciclado constituye una materia prima apreciada equivalente al PVC recién elaborado. El hecho de incorporar material reciclado en un perfil reduce las emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% en comparación a si ese perfil se fabricase desde cero. Los perfiles de ventanas Greenline pueden contener proporciones de PVC reciclado.